En el autobús hacia Ponferrada le daba vueltas a ver si hubiera sido mejor saltar sólo hasta Astorga, en aquel momento sólo pensaba en llegar y no retrasarme. Una pena yo creo que tranquilamente hubiera hecho el Astorga - Cruz de Hierro que tanto temía a priori.
Desde el autobús miraba el paisaje y me imaginaba por dónde pasaría El Camino, llovía un poco, pero despejaba enseguida, tiempo variable, no me veia subiendo las cuestas que hacía el autobús.
Desde el autobús miraba el paisaje y me imaginaba por dónde pasaría El Camino, llovía un poco, pero despejaba enseguida, tiempo variable, no me veia subiendo las cuestas que hacía el autobús.
Una vez llegado a la Estación de Autobuses de Ponferrada, lo que quería enseguida es saber por se iba al camino, ponerme en marcha.
Otra vez montar la bici, esta vez sólo la rueda delantera que tenía desmontar para meter la bici en el autobús, con el plástico que me proporcionó Ramón para no ensuciar el autobús como se me pedía por ALSA, me vino genial porque pude tapar las alforjas contra la lluvia, iba perfecto.
La salida de Ponferrada es un marathon de polígonos y ferreterías, cojonudo, porque preguntando encontré el pantalón impermeable que buscaba, primero en una tienda de bicis, pero después me remitieron a los impermeables de ingeniero, pantalón y chaqueta, que fue la estrella del viaje.
Dirección a Cacabelos, por fin estaba pedaleando y todo iba como el plan previsto, saludaba a todo el mundo, estaba contento: - Buen camino! - Buenas tardes, educación y no atropellar a a los peregrinos de apie, siempre acercándome despacio para no asustar a la gente.
1 comentario:
eeeeeeeeeeee iiiiiiiiiiiiii qqqqqqqqqqqq
Publicar un comentario